Hoy, la Embraer está a punto de romper, nuevamente, un paradigma.. El Super Tucano entra en escena en una época de restricciones económicas, en la cual la retirada de equipamentos electrónicos y armamentos del servicio activo impone nuevos parámetros de entrenamiento.

La última década trajo cambios dramáticos para el ambiente militar. Una evolución extraordinaria en los sistemas electrónicos embarcados, en los sensores y en los armamentos, influenció fuertemente la aviación militar, y se racionalizó la utilización de una gran variedad de plataformas de aeronaves de caza, ronda y reconocimiento. Todos estos hechos influenciaron enormemente el entrenamiento de pilotos. Los actuales ambientes de operación exigen mayores habilidades de los pilotos, algunas de las cuales no se podía ni siquiera imaginar diez años atrás. En esa época, las aeronaves y los programas de entrenamiento, en su conjunto, se limitaban a producir un piloto calificado que era desarrollado para encuadrarse en las realidades operacionales. En estos tiempos de desafíos, el ciclo de instrucción de los futuros pilotos militares debe garantizar una transición con fluidez para las unidades operacionales.
El fin de la guerra fría trajo nuevas amenazas, que anteriormente estaban latentes y ni siempre podían ser resueltas de forma satisfactoria con la utilización de monitoreo y acompañamiento de alto desempeño. Esto era particularmente verdadero en lo que se refiere a los territorios con fronteras extensas y desprotegidas.
La Embraer tuvo en cuenta esas cuestiones al desarrollar una aeronave radicalmente nueva, ideal para atender a los actuales y futuros requisitos de entrenamiento de vuelo militar. Conocido como Super Tucano, ese nuevo avión turbohélice militar multifunción incorpora características que ciertamente lo transformarán en una leyenda, como fue el caso de su antecesor, el Tucano, el preferido de tantas fuerzas aéreas de todo el mundo.
ANATOMÍA DE UN VENCEDOR.
La plataforma del Super Tucano fue proyectada, en las versiones monoplaza y biplaza, con tecnología de última generación y herramientas auxiliadas por la computadora, que proporcionan a la aeronave una vida útil potencial de 18.000 horas para misiones típicas de entrenamiento, o 12.000 horas en ambientes operacionales, dependiendo de las cargas de misión y de la utilización.

Su plataforma está proyectada para resistir cargas de +7G/-3.5G. La estructura de la aeronave está protegida contra corrosión, y la capota, de abertura única, posee un parabrisas capaz de resistir al choque de un pájaro a 270 Kts. El ambiente de la cabina de la aeronave fue aumentado para acomodar, con mayor confort, pilotos de ambos sexos, e instrumentos originalmente proyectados de acuerdo con las referencias y estándares electrónicos.
El Super tucano incorpora características, como, por ejemplo, un sistema de control ambiental proyectado para maximizar el confort de la tripulación y un Sistema Embarcado de Generación de Oxígeno (OBOGS). En caso de alguna eventualidad, el Super Tucano está equipado con Asientos Eyectables Martin-Baker MK-10ICX que incorporan un dispositivo de eyección secuencial de tres modos.
Un motor turbohélice Pratt & Whitney PT6A-68/3 de 1,600 SHP que incorpora FADEC (Full Authority Didital Engine Control) [Control Digital de Motor con Autoridad Total] y EICAS ( Engine Indication and Crew alerting System) [Sistema de Indicación de Motor y alerta de la Tripulación] impulsa la aeronave.
Aunque se trate de un Turbohélice de alto desempeño, el Costo Operacional Directo del Super Tucano es equivalente al de su antecesor. La aeronave debe esta ventaja a la logística perfeccionada, además de la mejor confiabilidad de los sistemas y de un sistema integrado de adquisición de datos y registrador [Integrated Data Acquisition and Recorder] (IDAR) que ayuda a agilizar el trabajo de mantenimiento. Otras características importantes son: el fácil acceso a los componentes y a las tareas de inspección revisadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario